jueves, 19 de abril de 2012

El momento

¿Cuántas posibilidades excepcionales, cuántas posibles trivialidades! Nuestra decisión lo es todo y no es nada. La historia puede acabar bien. La historia puede tener un final trágico. Pero la carretera siempre está ahí. Y, nos guste o no, tenemos que recorrerla.
Y cómo la recorremos..y a quién nos encontramos por el camino...
El amor siempre es la principal de las búsquedas. Porque, ¿qué es un camino sin algún tipo de significado concreto? ¿Cómo podemos sumirnos en la inercia cada vez más débil del tiempo sin alguien que relantice la marcha de las cosas, que haga que todo merezca la pena y el viaje tenga verdadera importancia?
Está la carretera. El nuevo día. Lo que me espera más adelante. La esperanza de hallar algo más revelador y profundo. La necesidad de decirme a mí mismo que la vida es cuestión de segundas oportunidades. El imperativo seguir avanzando. La soledad inherente a la existencia humana. El deseo de conectar con alguien. El miedo a conectar.
Y entre todo eso, también está.. El momento
El momento que puede cambiarlo todo. El momento que a veces no cambia nada. El momento que nos miente. O el momento que nos dice quiénes somos, lo que buscamos y lo que tanto deseamos sacar a la luz, aunque posiblemente nunca lo consigamos.
¿Seremos alguna vez verdaderamente libres de las ataduras del momento?

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